¿Qué tipo de interacción puedes integrar en tus módulos e-learning?    

 

Cuando hablamos de módulos e-learning, hablamos generalmente de contenidos educativos multimedia destinados al autoaprendizaje. O sea que el reto es diseñar un curso que permita al usuario aprender solo. Para lograr los objetivos de aprendizaje, es necesario construir el módulo de tal manera que el usuario se sienta comprometido en el proceso. Por ende, las interacciones son una característica imprescindible del e-learning. ¿Pero cuales interacciones?

Podemos distinguir tres tipos de interacciones: interacción con la interfaz, interacción con el contenido e interacciones con la comunidad.

Las interacciones con la interfaz

Esas son las interacciones básicas. Consisten en la necesidad de que el alumno realice una acción para cambiar lo que ve en su pantalla. Este tipo de interacción tiene que ver con la ergonomía del curso y el aspecto visual es muy importante. Un primer nivel de interacción de este tipo se encuentra en el reproductor con la presencia de botones: “siguiente”, “precedente”, “reproducir”, “pausa”, “volver al principio”, “ir al menú”, etc. Según el nivel de autonomía que queremos otorgar al usuario, le vamos a dar estas opciones de navegación o no. Por ejemplo, si queremos que el usuario vea el módulo completo en un orden preciso, no le daremos la opción de “ir al menú”. también, se pueden incluir otras interacciones en el módulo para avivar la curiosidad del usuario y hacer el curso más dinámico. Por ejemplo: hacer clic en una imagen para revelar un contenido, mover el cursor en alguna zona de la pantalla para que aparezca una información, descubrir un contenido realizando una acción sobre un texto, etc. Estas interacciones pueden ser elementos de ludificación haciendo más divertidas la navegación y el descubrimiento del conocimiento.

Las interacciones con el contenido

Esta categoría incluye todas las acciones del usuario susceptibles de modificar el contenido del curso. Por ejemplo, con las preguntas tipo “opciones múltiples”, “arrastra y suelta”, “secuencia”, “zona sensible”, etc … podemos ofrecer una retroalimentación diferenciada o dirigir al usuario a uno u otro capítulo, según sus respuestas. También, se pueden imaginar guiones complejos con diferentes ramificaciones. Para simplificar, podría ser un juego de rol virtual, o una simple simulación de diálogo. En ciertos puntos, el usuario tiene que decidir cual conducta quiere adoptar. Su decisión lo lleva a la parte del curso correspondiente. Estos ejemplos muestran que las interacciones con el contenido no sólo son una forma de hacer el curso más atractivo, sino que también son una herramienta de personalización; la meta es de facilitar el aprendizaje, ofreciendo un mayor protagonismo al usuario y proporcionándole la información que necesita.

Dentro del amplio panel de interacciones posibles, el diseñador instruccional elegirá las más pertinentes, en el momento más adecuado. Todas deben servir a un único propósito: facilitar el aprendizaje. Si quieres saber más sobre las interacciones posibles, te recomendamos ver estos 2 módulos sobre las interacciones y los cuestionarios disponibles en iSpring .

Interacciones con la comunidad

El autoaprendizaje no implica necesariamente que el usuario esté aislado. La distancia geográfica no excluye la proximidad, la pertenencia a una comunidad de aprendizaje. Al contrario, para facilitar el aprendizaje, aumentar la motivación y la implicación del aprendiz, es más que recomendado organizar espacios físicos o virtuales de comunicación y de co-construccion del conocimiento. Estos espacios pueden diseñarse en una plataforma LMS, como Moodle, por ejemplo, gracias a herramientas tales como wikis, foro, aulas virtuales, blogs, etc.

 

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